LOS CUATRO PERFILES PROFESIONALES QUE TODO EQUIPO DEBE TENER Y CÓMO TRATARLOS
Trabajar en equipo con ciertas personas es a veces muy complicado. El principal problema es no aceptar que no todas las personas ni funcionamos igual ni tenemos las mismas prioridades. A nivel personal es mucho más fácil ir a lo nuestro y criticar a las personas del equipo cuando las cosas no marchan como nosotros queremos que pensar en qué podíamos haber hecho para que todo fuese mejor.
Aquí viene la buena noticia que nos tenemos que grabar en la cabeza:
No podemos cambiar a las personas: ni en lo personal ni en lo profesional.
¿Qué nos queda? Aceptar a las personas tal y como son. Este es el primer paso para tener una relación sana. Todos los perfiles son necesarios en los equipos de trabajo y tenemos que saber qué pedir. No le vamos a pedir a una persona tímida que sea el relaciones públicas de la empresa. Ni a un soñador le vamos a poner a «picar» datos con la boca cerrada.
¿Ya sabes qué tipo de perfil eres? ¿Cómo te gusta que traten? ¿Cómo tienes que tratar a los demás? ¿Eres aire, agua, tierra o fuego?
Nada tiene que ver con signos zodiacales, sino más bien con tu grado de sociabilidad e iniciativa. Y durante una época de tu vida puedes ser un elemento, y según pasan los años ser otro. O como en el equipo no tienes todos los perfiles, a alguno le toca hacer trabajo doble.
Os voy a dar una visión muy personal de cómo funciona cada elemento.
Aquí me encuentro yo. Estas personas son los típicos «pesados» que siempre están hablando de negocio, de la empresa, de indicadores, de resultados. No le digas lo que tiene que hacer, porque se han comprometido a conseguirlo y lo harán.
La parte buena de los fuego: planifican, son constantes y comprometidos con la obtención de resultados.
La parte mala: nos cuesta mucho y lo voy a decir sin complejos «perder tiempo». Todas esas reuniones que no son productivas, que no se avanza, por muy buenas relaciones personales que se puedan cultivar. Y muchas veces los objetivos están por encima de todo.
Con menos de treinta años, cuando empecé a tomar responsabilidades, un Director de Producción me ayudó a sacar la parte humana que llevaba dentro y dejar de ser menos fuego. Teníamos los dos la responsabilidad de dar la vuelta a la cuenta de resultados de una fábrica. La persona encargada de almacén no funcionaba bien: no teníamos datos exactos, no sabía donde estaban las cosas, … Lío tras lío. Quería despedirlo y poner a otra persona para ir más rápido. No tenía tiempo que perder. El Director de Producción me comentó que él había apostado por esa persona. Reconocía que técnicamente no era el mejor pero que podíamos confiar en él. Además no se le podía despedir sin darle otra oportunidad. Era un compromiso personal que él había adquirido con esa persona al haberle convencido de dejar de ser conductor de camión a Director de Almacén. Me costó aceptarlo y tuve que ir un poco más despacio. Tengo que reconocer que formé personalmente al Encargado de Almacén y luego hizo un excepcional trabajo. Mis relaciones con el Director de Producción fueron buenas y pudimos ir consiguiendo conjuntamente muchas objetivos. No todo son resultados a corto plazo. Muchas veces es mejor ir un poco más despacio pero acompañado de todo el equipo.
Recuerdo una situación con un jefe agua que tuve. Hablaba con todo el mundo, conocía su vida. Gran parte de su tiempo lo pasaba al teléfono. Le encantaba llevarse bien con todo el mundo. Con todos tenía buenas palabras. Ahora le costaba dar la cara, enfrentarse a las personas y tomar decisiones. ¿Qué hacía? Mandaba a otra persona a hacer el trabajo sucio sin que él figurase.
La parte buena: es que sus buenas relaciones, le hacían traer negocio o las personas que mejor podían resolver los problemas.
La parte mala: no toman decisiones que lleven a enfrentamientos personales.
No todos los aguas tienen la capacidad de delegar aquellos aspectos que no le gustan. Entonces se produce un atasco monumental. Nadie sabe qué es lo que tiene que hacer. Hay dos posibilidades: o las personas implicadas se arreglan entre ellas sin contar con la persona agua o el problema persiste sin solucionarse y se agrava aún más.
Estas personas son los que llamamos «LOCOS». Los visionarios, creativos, los que tienen las ideas más brillantes de la empresa sobre todo cuando están bajo presión. Pero madre mía, cómo les cuesta bajar todas esas ideas a la tierra. Se tienen que rodear de otro tipo de personas. Me imagino en esta categoría a todas esas personas que con sus ideas están revolucionando el mundo: Amazon, Facebook, Twitter, LinkedIn, … Pero a pequeña escala también hay otros visionarios de personas que intentan cambiar el mundo con más o menos repercusión social (el éxito es una clasificación interna de cada uno).
Lo bueno: son imaginativos, creativos y trabajan muy bien bajo presión.
Lo malo: quieren todo para ya y les cuesta remangarse para que las cosas salgan. Ellos dicen lo que hay que hacer, pero no les gusta ejecutarlo.
Son las típicos en la reuniones y en el trabajo que necesitan tener TODOS LOS DATOS para ponerse en marcha. Son unos «segurolas». Muy críticos con todas las situaciones porque necesitan reunir toda la información necesaria. Te suena: ¿y si pasa esto…? No lo tenemos previsto. Son los que en todas las reuniones ponen pegas.
Lo bueno: son muy detallistas y reúnen toda la información necesaria antes de tomar decisiones. Si ellos dicen que está correcto, puedes estar seguro que no hay ningún riesgo.
Lo malo: sin toda la información están bloqueados, a veces se pierden en los detalles perdiendo la visión global.
¿TE GUSTARÍA SABER QUIÉN ERES TÚ?
Todos los perfiles profesionales son incompletos. No hay ni mejores ni peores y en todos los equipos deberíamos tener los cuatro aspectos cubiertos. Hasta que Beatriz G Barbeito no me explicó este tema, no entendí muchas cosas, como por ejemplo por qué siendo fuego (orientado a resultados) me cuesta tanto llevarme bien con los agua (los relaciones públicas).
Aquí os dejo una tablas resumen para que podáis saber qué tipo de elementos sois. Pertenecen a la guía FELIZ Y RENTABLE (la puedes descargar haciendo clic aquí sin suscripción) que he preparado junto con Beatriz G Barbeito. El objetivo de la guía es tener personas más felices y más rentables con objetivos. Implicar a las personas para que pueden alcanzar sus objetivos y los de su empresa. Hacer las preguntas correctas y ayudar a contestarlas.
TABLA RESUMEN CÓMO TRATAR A CADA PERSONA DEL EQUIPO
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David Díaz Robisco ayuda a gerentes que quieren controlar e impulsar su empresa a través de la creación de información relevante que alinea al equipo con el mercado y reduce los riesgos en la toma de decisiones.
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