MARGEN, MARGEN, MARGEN…
Es necesario conocer el coste de la hora de trabajo para saber cuánto nos cuestan los productos o servicios, y saber los márgenes con los que estamos trabajando. Sigo siendo partidario de partir del precio de mercado, y a partir de ahí ir ajustando toda la estructura de costes. Fijar los precios a partir de nuestra estructura de costes es un error que nos puede impedir vender y estar en línea con el mercado.
Siempre es bueno tener idea de cómo se calculan los costes hora. Por tener una referencia que pueda ser utilizada de forma global, siempre prefiero calcularlo con el número de trabajadores directos de la empresa, o si hay mucha dispersión salarial por secciones de trabajo.
Vamos a hacer un ejemplo:
Estupendo, ya tenemos un coste hora hombre calculado. Mi pregunta es directa y clara. Si multiplicamos todas las horas de trabajo imputadas a producto por todo lo fabricado anualmente:
¿estamos seguros que nos dará el coste total del personal directo?
Lo más normal es que después de hacer la operación, la cifra anual que salga sea bastante inferior a la calculada para el coste hora, es decir que sea inferior a los 707.000. Es complicado que todas las personas estén trabajando el 100% de su jornada de una forma efectiva. Siempre hay improductividades: falta de material, averías, falta de trabajo, reprocesos, recuperación de materiales.
Vamos a corregir el coste hora con las improductividades. ¿Las tienes calculadas? Si no las tienes, deberías hacer una estimación para luego hacer seguimiento. Pero, imaginemos que la tienes calculada en un 15%. Tu coste hora pasaría de:
No está mal el incremento de coste. Pues, ahora te toca revisar a lo largo del año las siguientes desviaciones:
- Sueldo y Seguridad Social anual: modificación de sueldos, horas extras, número de personas (si hay más personas se supone que se facturará más).
- Otros costes directos: mutua, seguros, ropa de trabajo
- Absentimo e improductividad: controlar si estamos o no dentro del objetivo marcado. Si estamos fuera del objetivo el coste sube y la productividad baja.
¿Y qué pasaría si en vez de trabajar con coste hora hombre trabajásemos con coste hora máquina? ¿Y cuántas horas de trabajo tiene la máquina? (Leer La trampa de los costes fijos). Aquí siempre recomiendo usar las horas normales de funcionamiento.
Pero, ojo, porque cuando hacemos inversiones tenemos que ser conscientes que tiene que ser rentable. Y cuanto más dinero invierto en una máquina, más tengo que tener garantizado más horas de trabajo. Conozco empresas que tienen todos los procesos internalizados porque quieren asegurar la operativa, pero están pagando un sobrecoste por no subcontratarlo o negociar mejor con los proveedores. ¿Alguno se imagina que una empresa compre un camión o una instalación de pintura para usarlo sólo dos días a la semana? Los que lo hacen, apelan a dar mejor servicio al cliente, pero a mí me gusta más decir que no se han buscado buenos proveedores.
En el caso de los costes hora máquina hay que revisar los mismos conceptos que anteriormente para el coste hombre pero adaptado a la máquina:
- Horas de trabajo de la máquina frente a horas presupuestadas
- Improductividades de la máquina: paradas de máquina por avería o disminución de velocidad
- Otros costes directos: mantenimiento y reparaciones de la máquina
- Voy a añadir un elemento para hacerte pensar más y tener un número “gordo” que te asegure que las cosas van bien, y a partir de ahí poder empezar a ir al detalle. ¿Qué te parece si te dedicas a saber si el dinero que generas semanalmente es suficiente para cubrir todos tus costes directos e indirectos?
A partir de ahí lo puedes pasar a margen semanal, margen diario o margen hora. Y entonces sí, no sólo te dedicarás a reducir los costes, sino también en pesar en cómo generar más ingresos.
David Díaz Robisco ayuda a gerentes que quieren controlar e impulsar su empresa a través de la creación de información relevante que alinea al equipo con el mercado y reduce los riesgos en la toma de decisiones.
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