El título es correcto. Trabajar bien, es hacer las cosas como siempre. Trabajar de forma mediocre (en la media).

Me gustan las personas que hacen que sucedan cosas extraordinarias. ¿Cómo conseguirlas? ¿Cómo sacar su potencial?

 

Según los últimos estudios, más de la mitad de las personas no se siente comprometida con su trabajo. ¿Y cuáles son las consecuencias?:

  • La jornada laboral no sirve para realizarnos personalmente. Trabajamos únicamente para para pagar las facturas. El viernes a mediodía es el mejor momento, y el domingo por la noche el peor.
  • Hacemos un trabajo mediocre: No nos metemos en líos, con hacer lo que nos piden nos vale, No es un mal trabajo. Simplemente sucede lo que se espera.

No quiero que trabajes bien, quiero que trabajes de una forma excepcional.

La anéctoda

Hace un mes, mi hijo mayor (6 EPO), me pidió que le explicase cómo funcionaba el Google maps y la grabación de pantalla. Tenía que hacer un trabajo para el cole. Sinceramente me sorprendió que le pidiesen montar y editar un vídeo para la tarea.

Me explicó que no. La tarea consistía exclusivamente en hacer una foto de su casa por fuera. Sin embaro, a él le parecía mucho más interesante completar esa tarea poniendo la casa en el entorno (Europa, España y ciudad) y además mostrar el trayecto visual desde el cole hasta casa. Montó el vídeo, lo puso a cámara rápida y duraba menos de un minuto. Quedó bastante bien.

Cuando acabó la tarea, le pregunté qué asignatura y el profesor@. Me dio el nombre y me quedé más tranquilo porque sabía que su trabajo iba a estar bien valorado.

Cuando volvió del cole le pregunté qué tal y me dijo que muy bien. Entonces miramos atrás e imaginamos la misma situación con con otro profesor@ que tuvo hace años. El mismo trabajo le hubiese causado muchísimos problemas. El docente, sólo quería tareas que se ajustase exactamente a o que se pedía. Todo lo que no cumpliese esos requisitos (tanto por arriba como por abajo) estaba mal. En este caso, llevar un formato vídeo en vez de una foto hubiese supuesto un suspenso.

La vida real y la importancia de los valores

La falta de implicación de los equipos de trabajo

La vida escolar no difiere mucho de la vida laboral. Siempre ha habido «Jefes y jefecillos» . Personas que han favorecido la creatividad y personalidad de sus equipos, y otros que prefieren no complicarse la vida.

Ojo, que todos los tipos de personas son necesario para que funcionen los equipos, pero cada uno haciendo lo que mejor se le da. Echa un vistazo a «Los cuatro perfiles profesionales que todo equipo debe tener«. Lo que estoy proponiendo es conocer a cada tipo de persona y cómo funciona para motivarle y que de el máximo.

La importancia de los valores

No sólo es necesario que te sientas cómodo con la forma de alcanzar los objetivos, sino también que tus valores como persona se sientan respetados en el ambiente de trabajo.

¿No habéis estado alguna vez trabajando en una empresa (o con un jefe) que no os trataba como merecíais? Y cuando habéis cambiado (empresa / jefe), habéis vuelto a subir la autoesetima. Sois la misma persona. Sin embargo con unos jefes y en unas empresas no sacáis vuestro potencial, y con otros sí.

La diferencia es el trato que recibís y si se respetan o no vuestros valores. Muy parecido al ejemplo de los profesores que hemos visto anteriormente. Con unos profesores van los alumnos muy contentos, y con otros son protestas y sufrimiento. Y coincide que cuando más feliz estás, porque pones tus valores en práctica, más desarrollas todo tu potencial.

 

¿Qué espera la empresa de ti?

Son muy pocas las empresas que tienen su plan estratégico detallado y «aterrizado». Quiero decir, que detrás de todos esos grandes objetivos, cada departamento pueda saber cuál es su parte de responsabilidad y cómo puede contribuir a conseguirlos.

¿Tienen todos los equipos indicadores de medición y seguimiento y que se sepa qué es lo que se espera de ellos?.

A esta falta de «aterrizaje» hay que añadir que son muy pocas las empresas que tengan una cultura y unos valores comunes. No me refiero sólo escrita. Sino que se viva y se sienta en la práctica. Que lo que se dice en los papeles sea coherente con la realidad. Que en la propia empresa se impartan talleres de formación fomentando las buenas prácticas de la empresa.

Personalmente sólo lo he vivido trabajando en Telepizza. Sabía que mi trabajo contribuía al crecimiento en ventas de la empresa y sus valores fundamentales: «hay que» vs «es que» y las opiniones de todos cuentan. Para este último caso existía la comunicación ascendente. Si no estabas de acuerdo con tu jefe, podías ir subiendo hasta arriba del todo para sacar tu propuesta adelante. Y todo esto lo aprendí porque me lo explicaban en talleres específicos, y porque veía que se ponía en práctica.

¿Qué podemos aportar nosotros a la empresa?

Si en nuestra empresa nos dejasen escribir la Carta a los Reyes Magos para pedirles cómo nos gustaría trabajar y qué podemos aportar a la empresa, ¿sabríamos qué contestar?

¡No sabemos qué pedir!. No hemos pasado el suficiente tiempo con nosotros para saber qué forma de trabajo nos hace más feliz.

Hay valores que funcionan por exclusión y que no te gusta que sean pisados. Uno de los ejemplos más claros es el respeto por la conciliación de la vida personal y familiar.

Pero, hay otros valores que definen nuestra personalidad. No funcionan por exclusión sino que deben ser puestos en práctica: experimentar, mejorar, gusto por el detalle, seguridad, riesgo … Te recomiendo que te descargues la guía «Feliz y Rentable» si quieres conocer tus valores para luego poder alinearlos con los de la empresa.

Conocer nuestros valores y ponerlos en práctica para desarrollar un trabajo excepcional.

Pasa a la acción

Todos necesitamos un tiempo para mirarnos a espejo, conocernos a nosotros mismos y saber cómo podemos dar lo mejor de nosotros mismos.

Es necesario salir de la inercia, y descubrir qué nos hace felices y cómo podemos ponerlo en práctica tanto en la vida como en el trabajo.

Podemos ayudarte (junto con Beatriz G Barbeito) en tu empresa para que las personas sean más felices y hagan tu empresa más rentable. A través de la formación ayudamos a que:

  • Las personas se puedan conocer a sí mismas y sepan cómo aportar todo su potencial a la empresa.
  • La cultura de empresa y el orgullo de pertenencia sea compartido. No el que dicen los papeles, sino el que sucede de forma real.
  • Alinear los valores personales y de empresa para trabajar de forma excepcional.
  • Echa un vistazo a nuestros servicios profesionales «Personas felices hacen empresas rentables – Feliz y Rentable«.

 

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La suerte no existe, eres tú quien la trae