¿TIENE SENTIDO IR OCHO HORAS A LA OFICINA?

 

No sé si a ti te pasa, pero cada vez escucho más el comentario: «Hoy no voy a la oficina. Tengo que trabajar».

Y es verdad. Cuando tienes mucho trabajo acumulado o se acerca la fecha límite para entregar un trabajo, decidimos no ir a la oficina para no tener ninguna distracción.

Me entra la duda:

¿Vamos al trabajo o trabajamos?

Sí. Ya sé que hacemos las dos cosas: vamos al trabajo y trabajamos. Pero ¿cómo trabajamos? Seguro que os suena esta forma de trabajar:

  1. Preparas una presentación para una reunión.
  2. Antes de reunirte formalmente, ves el power point de turno con otras personas del equipo para que todos opinen y digan lo que cambiarían y lo que falta. Muchas veces temas estéticos o de opinión, pero no de contenido.
  3. Y después de la reunión, otra vez a cambiar, enviar las modificaciones. Puede que haya otra reunión de turno para seguir modificando (debe ser que sobra el tiempo en la empresa) o para presentarla definitivamente en el cliente.

Analizando el tiempo de este proceso, estoy convencido que

pasamos más tiempo en reuniones que preparando el trabajo

Siempre se ha ido a la oficina. Es más, está bien visto. Se trata de la meritocracia del presentismo, salir tarde de la oficina y hacer labor de despacho. Un concepto muy tradicional de entender el trabajo. Seamos sinceros, tenemos muchas distracciones:

  • Disposición física no acompaña: a mí personalmente me costaría trabajar en las típicas «praderas» donde solo se ven mesas y sillas de trabajo. Aunque no quieras, escuchas toser al de dos filas más adelante, te enteras que otro compañero ha tenido una avería en casa o en el coche, que sus hijos están malos, qué tal fin de semana han tenido, dónde se van a ir de vacaciones.
  • Reuniones imprevistas: sólo por el hecho de no estar planificadas podemos decir que son improductivas, una pérdida de tiempo. Son esas reuniones sin orden del día, que además cuando se quiere entrar en detalle no está preparada toda la información y que encima, al terminar ni hay acta de la reunión ni se adquiere ningún compromiso ni tampoco hay seguimiento. Bueno, hemos pasado un rato entretenido. Ya queda menos para cumplir el horario.
  • Los marrones: si estás en la oficina, te puede caer.
  • Los chismes: aquí puede ser tomando un café o en el propio lugar de trabajo. Cómo le vas a decir que no, que tienes mucho trabajo. Y la verdad, nos gusta tener ese parte social. El problema es cuando no ponemos tiempo límite a esa parte social.

Hace unos meses visité una empresa. En la recepción trabajaba una persona que hacía mucho tiempo que no veía y con la que tenía muy buena relación. Había cambiado de empresa. Vaya por delante que a esta persona la considero organizada, trabajadora y muy productiva. Estuvimos hablando unos minutos para ponernos al día y me dejó esperando sólo en una sala de espera hasta que vino la persona con la que había quedado. A mí me pareció genial.

Sin embargo, la persona con la que tenía la visita me comentaba que era una persona que no socializaba. Que se pasaba sus ocho horas trabajando sacando un montón de trabajo, que hablaba poco con la gente (aquí quiero entender que no contaba cotilleos) y que se iba siempre a la hora porque le gustaba estar con su familia. ¿Qué significa socializar? ¿Estar contando todos los días tu vida a tus compañeros de trabajo en horario de oficina? ¿No será mejor aprovechar el tiempo de trabajo para trabajar?

Desde el año 2005 trabajo desde casa. Y aunque no te lo creas, echo más horas que en la oficina. Mi problema es poner un tiempo para desconectar. Está siempre todo tan accesible que cualquier momento es bueno para hacer alguna cosas que hay pendiente.

¿Cuáles son las mayores ventajas?

  1. Me permite disponer de tiempo y organizarlo de la mejor manera que puedo para conciliar mi vida personal y profesional.
  2. No tengo tempo de desplazamiento al trabajo. Son menos tiempos muertos que hacen que la jornada pueda ser más corta.

Me levanto a las 6:00 antes de llevar a los niños al cole para trabajar. Incluso cuando tenía mi propia empresa (con otros socios) teletrabajaba llevando la parte financiera y comercial. Evitaba muchas interrupciones. Sí que es cierto que iba una o dos veces a la semana. Sabía que eran días para estar reunidos con las personas o de la empresa (resolviendo dudas y planificando) o con visitas. Y también para tener una parte social.

Que quede claro que no todos los trabajos se pueden permitir este lujo. Si tienes horario de atención al público o estás en línea de producción esta situación es impensable.

Honestamente, con las nuevas generaciones que vienen y la tecnología vamos a ir dejando de pagar por presencia en la oficina y pagaremos por objetivos conseguidos, por conocimiento compartido, por problemas solucionados.

En muchas empresas las personas no tienen objetivos. Su trabajo es hacer lo que siempre se ha hecho. Si quieres saber más cómo tener metas ilusionantes échate un vistazo haciendo clic aquí a Cómo mola tener un objetivo.

Y si tú no lo tienes, ¿por qué no propones tú una mejora? ¿Sabes todo aquello que te puede motivar? Esta tabla que te resumo aquí ya salió en el artículos Propósitos que querrás cumplir.

¿Analizas en qué usas el tiempo de oficina?

Te propongo saberlo. Descárgate una herramienta de productividad. Yo estoy utilizando desde hace una semana Toggl. Es tan fácil como darle al play y al stop al empezar y al terminar cada tarea. Dale al «stop» con las interrupciones. He llegado a dos conclusiones:

  • De 8 horas trabajando (y desde casa) no he podido pasar de 6,5 horas productivas. Mi objetivo: espero no bajar de 7 horas con el paso de las semanas. Me está obligando a ser más productivo, ser más selectivo con el teléfono, agrupar tareas para ir más rápido, siempre empezar y terminar con lo planificado, no mirar nada que no vaya a poner con ello….
  • Me estoy obligando a meter en horario de trabajo (y no en extras) mis objetivos vitales: el libro que quiero sacar sobre linkedin para el segundo trimestre, más otro que aparecerá sobre indicadores de gestión en un par de meses.

¿En qué empleas tu tiempo?

A lo mejor te da miedo darte cuenta que tienes mucho margen de mejora (no lo veas como que no eres productivo). Si asumes tu realidad, es mucho más fácil mejorar.

Leía el otro día en uno de los artículos de Raquel Roca decía que para el año 2020 el 45% de la población será Knowmad como perfil. Vamos, que casi la mitad de la población será contratada por su concimiento y capacidad para resolver problemas, y no por estar en la oficina. Yo ya me considero uno de ellos . Haz clic aquí para leer el artículo completo «No es lo mismo ser Knowmad que nómada digital (aunque se parezcan).

¿Vas a seguir yendo a la oficina o vas a trabajar?

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David Díaz Robisco ayuda a gerentes que quieren controlar e impulsar su empresa a través de la creación de información relevante que alinea al equipo con el mercado y reduce los riesgos en la toma de decisiones.

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